En la Fashion Week Hombre de París algunas marcas oficiales o extraoficiales han optado por un posicionamiento a contracorriente. Tanto Jah Jah Studio como System o Ziggy Chen han presentado una nueva interpretación, muy personal, de los códigos del tailoring. Sus propuestas, que analizamos en este artículo, ofrecen una visión diferente de la sofisticación.
El traje desacralizado de Jah Jah Studio
Creado por Daquilisine Gomis, cofundador del restaurante afrovegano Jah Jah, Jah Jah Studio presenta su primera colección al margen del calendario oficial de la Paris Fashion Week. Desde la apertura de su restaurante en París, Gomis no ha dejado de ampliar su campo de acción, ya sea a través de múltiples eventos (como la Fiesta de la Música, que se ha convertido en uno de sus momentos clave), o lanzando su propia marca de ropa.



Bajo el título First Light of the Morning, esta primera propuesta de moda pretende encarnar el amanecer de una nueva era bajo la dirección de Imruh Asha, estilista influyente y cofundador de la marca Zomer, que firma unos looks nacidos del diálogo entre el tailoring y la informalidad.
La prenda central de la colección es un nuevo concepto del traje, en el que desaparecen los pantalones rígidos para dar paso a la bermuda con pinzas, llevada baja y con las manos en los bolsillos. Se lleva con una chaqueta de un solo botón, abierta sobre el pecho y con las solapas caídas para hacerla menos solemne. Todo ello fabricado con una lana mixta, a la vez fluida y estructurada, que refleja esta nueva actitud, más libre y desenfadada.
El traje cuenta con otras versiones: una chaqueta patchwork que combina gris antracita y estampados e incluso, yendo aún más lejos, con una chaqueta vuelta del revés que enseña su forro de cuadros. Una manera de reinventar los trajes que demuestra al mismo tiempo un dominio textil indiscutible.
La marca completa su vestuario con dos colaboraciones: una con Adidas en torno a la Megaride 2, en los colores de la bandera etíope, y otra con Comme des Garçons Shirt.
System SS26: « Office Daydream », el uniforme soñado
Con «Office Daydream», System despista y descoloca. En lugar de seguir la tendencia del office siren, la marca surcoreana rechaza la interpretación demasiado literal del vestuario corporativo y propone una visión etérea del mundo empresarial.
En esta ocasión, System ha presentado una colección onírica en un decorado inmaculado, como en suspensión. Durante una decena de desfiles, no hay ni rastro del traje, pese a ser la pieza emblemática del tema anunciado.



Los primeros looks apuestan por la contención: camisas metidas dentro de un vaquero en tonos oscuros, superposiciones de chalecos, amarillos pasteles combinados con tonos chocolate, telas transparentes que parecen acariciar el cuerpo. System consigue lo imposible, haciendo que la oficina sea un espacio de proyección sensorial más que de poder.
Cuando por fin aparece, el traje no impone su autoridad, sino que se aleja de ella. Confeccionado con un material fluido con un reflejo casi nacarado, esta prenda se ajusta al cuerpo con ligereza. Llevado sobre un top negro transparente, introduce la sensualidad en un territorio rígido y aséptico. Un traje entallado, en principio diseñado para una mujer, que es llevado por un hombre, subrayando así que la autoridad no es una cuestión de género ni de apariencia, sino de actitud.El punto final de esta evolución es un conjunto tan fluido que parece un chándal. El traje ya no es símbolo de poder, sino de confort asumido. Fluctúa, al igual que toda la colección, entre sueño y realidad, entre las normas y la total libertad.
Ziggy Chen: el traje visto como una armadura poética
Con sus tejidos selectos y la fluidez que lo caracteriza, Ziggy Chen presenta una nueva colección que se mueve entre dandismo y estética postapocalíptica al estilo Hunger Games. Esta temporada, el diseñador de Shanghái impone una narrativa visual donde la elegancia es, ante todo, una cuestión de resistencia. El lino y el algodón, materiales fetiche de la casa, lucen tonos empolvados (kakis, marrones, grises terrosos), que difuminan la frontera entre el refinamiento y la utilidad.


El traje se declina en varias versiones, como por ejemplo con una chaqueta amplia llevada sobre bermudas o pantalones fluidos, combinada con una gorra retro al estilo Oliver Twist y una profusión de pañuelos anudados como collares. Visto de frente, el look parece casi clásico, pero en la espalda nos espera una sorpresa: un elástico fruncido convierte la chaqueta en una cazadora técnica o con cinturón, hecha de tela y con bolsillos integrados. Su diseño final, de lino crudo similar a una tela de saco, convierte el traje casi en una coraza. Con Ziggy Chen el tailoring se libera de la rigidez para convertirse en el soporte de una narrativa sensible.
Con sus diseños innovadores y únicos, estas tres marcas cuestionan el traje y lo alejan de sus referentes tradicionales, para reintegrarlo mejor en nuestra cotidianeidad.
Artículo de Julie Boone.