Mariah Carey ya ha comenzado su promoción anual, las temperaturas están bajando y diciembre se acerca a pasos agigantados. Las marcas de lujo ya están en acción, compitiendo para conquistar a los consumidores y hacer soñar a grandes y pequeños. En los escaparates más espectaculares, con experiencias inmersivas y campañas llenas de encanto, la magia de la Navidad ya está instalada, incluso antes de que empiece a nevar.
Burberry : una Navidad al más puro estilo The Holiday
La marca británica Burberry se ha inspirado en un clásico del cine para crear su campaña navideña. Al estilo de la película The Holiday, con Cameron Diaz, Kate Winslet y Jude Law, la marca transporta al espectador a una casa de campo inglesa, cálida y acogedora. En su interior, un reparto de lujo compuesto por las modelos Rosie Huntington-Whiteley y Naomi Campbell, los actores Jennifer Saunders y Ncuti Gatwa, y el futbolista Son Heung-min.



Los accesorios y las piezas más icónicas de Burberry se integran de manera natural en la puesta en escena: bufandas de cachemira, los legendarios trench coats y detalles con cuadros escoceses que crean una atmósfera muy especial.
En Estados Unidos, la magia va más allá de la pantalla. Burberry se ha instalado en el Bloomingdale’s de Nueva York, envolviendo su fachada con un enorme lazo con su estampado emblemático. Un espectáculo monumental que capta todas las miradas y convierte la Fifth Avenue en un escenario digno de un cuento de Navidad contemporáneo.
Ralph Lauren: un pueblo navideño en Londres
Ralph Lauren ha apostado por una inmersión total para conquistar a su público. En el elegante barrio de Chelsea, la marca ha instalado un pequeño mercado navideño, abierto al público hasta el 24 de diciembre.


Un minipueblo navideño que ofrece una amplia gama de actividades: talleres creativos para grandes y pequeños, degustaciones del café gourmet de la marca y corners shopping donde cada objeto cuenta una historia y se integra en el universo Ralph Lauren. El objetivo, ampliamente superado, es transmitir el espíritu navideño mientras se sumerge a los visitantes en la estética y en los valores de la marca.
París, la ciudad que brilla con mil luces
Del otro lado de la Mancha, los grandes almacenes y las maisons de moda parisinas ya están desplegando toda su creatividad para capturar la magia de la Navidad.
Las galerías Printemps Haussmann se inspiran en Nueva York para esta temporada, con escaparates que evocan Broadway, playlists temáticas, un árbol de Navidad monumental bajo la emblemática cúpula y una cuidada selección de regalos listos para ser envueltos. Incluso el tejado del gran almacén acoge una pista de hielo efímera, en la que se puede patinar al mismo tiempo que se disfruta de una vista panorámica única sobre los tejados de París.



Además, el séptimo piso acoge un espacio dedicado a la segunda mano, que ofrece a los visitantes una experiencia de compra original y responsable, disponible todo el año.
No muy lejos de allí, la selecta Avenue Montaigne se ilumina gracias a Dior. La marca inauguró las festividades el 17 de noviembre en su histórica tienda, donde los escaparates reflejan una nueva etapa de la casa bajo la dirección artística de Jonathan Anderson, invitándonos a un paseo mágico por una de las avenidas más prestigiosas del mundo.
Campañas que apuestan por la cercanía
Otras marcas como Valentino o Saint Laurent optan por un enfoque más intimista, pero igual de creativo, convirtiendo la mesa en un terreno de expresión donde los bolsos y los accesorios más icónicos se presentan en cuidadas puestas en escena culinarias, rodeados de alimentos o platos sofisticados. Cada imagen se transforma en un pequeño teatro, donde el lujo se mezcla con la gastronomía y la cercanía, creando una atmósfera cálida e irresistible que anuncia, de manera sutil, la llegada de las fiestas de fin de año.



Estas puestas en escena espectaculares siguen una lógica implacable: la Navidad ya no es solo una celebración, sino también una potente herramienta de marketing. Escaparates, mercados y campañas inmersivas buscan generar un vínculo emocional con el consumidor, al mismo tiempo que incitan a comprar. Una magia que sin duda funciona, pero en la que todo está programado. El lujo se instala en nuestras ciudades como un espectáculo total, donde el encanto y la estrategia comercial conviven de manera inseparable.
Artículo de Julie Boone.








