Inspirado entre otros por el Gran Premio de Mónaco, el estilo racing, que ya no se limita solo a los circuitos de Fórmula 1, atrae todas las miradas. Desde la línea Puma x F1 dirigida por A$AP Rocky hasta la mítica Speedcat, en este artículo vamos a hacer un recorrido por las marcas que se inspiran en el universo automovilístico para inyectar velocidad y eficacia a sus colecciones.
Desde 1929, los bólidos de Fórmula 1 recorren a toda velocidad las sinuosas calles del Principado. Durante tres días, el mundo entero está pendiente del Gran Premio de Mónaco, uno de los acontecimientos más esperados del automovilismo.
Pero más allá de la pura competición, este evento es todo un despliegue visual de lujo y técnica sobre el asfalto. En esta edición de 2025, el estilo racing ya no se vive solo en los circuitos: ha invadido la moda, desde las pasarelas de alta costura hasta las colecciones de streetwear.
Puma F1 y A$AP Rocky meten el turbo
Si el estilo racing está tan de moda actualmente es, en parte, gracias a un embajador inesperado: A$AP Rocky. En 2024, el rapero originario de Harlem fue nombrado director artístico de la línea F1 de Puma. Una colaboración estratégica que une streetwear y Fórmula 1, un universo que todavía está reservado a una élite.

Rocky ha sabido inyectar los códigos del automovilismo en cada lanzamiento: líneas aerodinámicas, materiales técnicos y referencias directas a los monos rebosantes de logos de los patrocinadores. ¿Cuál es el objetivo? Democratizar la F1 sin perder la esencia del streetwear. Una prueba de ello son los modelos presentados durante el Gran Premio de Las Vegas del año pasado, entre los que se encontraba una reedición de la Puma Inhale OG, zapatilla icónica de los años 2000.
Pero la marca alemana no es nueva en la pole position: desde 1999, Puma es patrocinador oficial de la F1 y equipa a escuderías de renombre como Ferrari o Mercedes-AMG. Con este nuevo giro creativo, la marca rinde honor a su ADN deportivo sin perder de vista las tendencias. Por eso, también ha reeditado modelos icónicos como la Speedcat, zapatilla que durante mucho tiempo ha estado asociada al campeón de F1 Michael Schumacher, y que hoy en día lucen los amantes de la moda.
De los paddocks a los podios
La estética racing no es una novedad en el mundo del lujo. Desde principios de los años 2000, marcas como Chanel, Dsquared2 o Dolce & Gabbana han incorporado los códigos visuales de los circuitos en sus desfiles: monos con cremalleras, cascos bajo el brazo y banderas de cuadros.



Hoy en día, este estilo es de nuevo tendencia entre los diseñadores emergentes, que reinterpretan la velocidad a través de un prisma más gráfico. La marca Mowalola hace referencia al racing en sus creaciones, que a menudo generan controversia. Off-White, Ferrari y Vaquera retoman y reinventan los códigos visuales del uniforme de los pilotos para integrarlos en un vestuario vanguardista. El resultado es una mezcla de eficacia y nostalgia de los años 2000.
Una tendencia todo terreno
Monos, chaquetas, escudos de patrocinadores bordados, guantes y pasamontañas… Las prendas inspiradas en la F1 seducen tanto por su estética como por su practicidad. En la alfombra roja del Met Gala, Damson Idris apareció con un mono de piloto que ocultaba un look espectacular. Un detalle que sirvió para promocionar la película F1, en la que el actor comparte cartel con Brad Pitt. Idris no solo vistió el mono, sino que incluso condujo un Fórmula 1 para la ocasión.



Pero este renovado interés también se explica por la creciente popularidad de los pilotos, que ya no se conforman solo con destacar en el circuito. Un claro ejemplo de esto es Lewis Hamilton, convertido en un verdadero icono de la moda. Le sigue de cerca el francés Charles Leclerc, figura de la Scuderia Ferrari, cuyas apariciones no dejan indiferentes.
Uniendo deporte, cultura y moda, el estilo racing refleja hoy en día una fascinación por la velocidad, la eficacia y la adrenalina. Más que una tendencia pasajera, el racing perfila los contornos de un vestuario en movimiento que une funcionalidad y fantasía. Ya lo ves, mientras los motores rugen en Mónaco, la moda también pisa el acelerador.
Articulo de Julie Boone.