Asociadas en el pasado a la playa o a las veladas de verano, las joyas de pie (cadenas, anillos de dedos, adornos finos) pierden su imagen bohemia para acompañar nuestros looks de verano. Llevadas con unas sandalias minimalistas, unos zuecos o con las eternas chanclas, se convierten, de manera sorprendente, en el detalle protagonista de esta temporada estival.
La pulsera de tobillo, un must-have
Como delicado toque final o como adorno estrella del verano, la tobillera o pulsera de tobillo está en todas partes… y en todas las piernas. Al igual que las túnicas vaporosas, los bolsos extravagantes (como el bolso piano de Ashley Tisdale) o la famosa combinación de falda y vaquero, este accesorio, que evoca los años 2000, regresa con una versatilidad sorprendente.
De perlas, adornada con conchas, llena de abalorios o incluso con strass y diamantes (a veces verdaderos), la tobillera se presenta en mil versiones. En la playa, viste delicadamente el pie que se desliza sobre una chancla o una sandalia. Sin embargo, esta temporada invade también las alfombras rojas para convertirse en el objeto esencial.


La cantante Charlotte Cardin lució una durante una ceremonia oficial, combinada con un vestido de Jacquemus. Sus joyas, creaciones de la estilista y diseñadora Veneda Carter, devuelven a la tobillera todo su valor: el de una joya preciosa, digna de consideración.
Además, del mismo modo que las pulseras tradicionales, la tobillera se presta a la acumulación. Superposiciones de cadenas finas, mezclas de estilos o materiales, recuerdos de viaje o piezas de diseñador: ¡todo está permitido! ¿Cuál es el objetivo? Crear una composición personal, adaptable según los deseos de cada una, que prolonga la sensación de vacaciones incluso bien entrado el otoño, cuando los calcetines vuelvan a vestir nuestros pies.
Lucir un anillo en el dedo (del pie)
Aunque durante mucho tiempo estaba reservado a los recuerdos de vacaciones (conchas nacaradas, arena caliente y chanclas), el anillo para pie vive este verano una transformación radical. Este accesorio ha dejado la orilla del mar para instalarse en el asfalto, en los editoriales y en las pasarelas, gracias a algunas personalidades del mundo de la moda.



Veneda Carter, estilista y creadora con una estética muy propia, ha hecho de las joyas de pie un nuevo terreno de expresión. En su catálogo, anillos y pulseras se conciben como verdaderos ornamentos: dorados, macizos, brillantes… a veces todo a la vez. Charlotte Cardin y también Kim Kardashian, musas modernas, los llevan como otras llevarían unos pendientes de alta costura.
Otro indicador de esta tendencia de moda: el concept store Simonett, con sede en Miami y reconocido por su oferta hiperexclusiva, distribuye los anillos de Simuero, una marca artesanal española que este verano ha dedicado una colección completa al dedo del pie, con volúmenes escultóricos, piedras de gran tamaño y brillo asumido. El efecto es tal que el calzado se convierte casi en un accesorio secundario, una base discreta para realzar la joya. Los roles han cambiado: es el pie el que se adorna, mientras la sandalia se difumina.


Pero esta extravagancia contemporánea no surge de la nada. En la cultura hindú, el anillo para pie, tradicionalmente llevado en el segundo dedo, es un símbolo matrimonial importante. Entre los Marwadi de Rajasthan, forma parte integral del ajuar. En el Ayurveda, este accesorio posee virtudes como la regulación del ciclo femenino, el equilibrio energético y el arraigo. La joya se convierte así en un símbolo fuerte, un ritual lleno de estilo.
Ya sea en el tobillo o en el dedo, las joyas de pie vuelven con fuerza, cada vez más preciosas y visibles. Lejos de la imagen del accesorio de playa o del recuerdo de vacaciones, estas piezas redefinen la manera de adornar el cuerpo. Llaman la atención allí donde no lo esperábamos, desplazando el estilo hacia abajo y otorgando al pie un papel inédito en la silueta.
La pulsera tobillera, que oscila entre sensualidad discreta y acumulación bohemia, se convierte en un accesorio natural en la silueta veraniega, tan cómoda sobre la arena como con un vestido de noche. El anillo de pie, en cambio, hereda el legado cultural del sur de Asia, unido a la estética contemporánea.
Considerados secundarios durante mucho tiempo, estos adornos se convierten ahora en joyas capaces de definir una silueta por sí solas. Sutiles pero poderosas, arraigadas tanto en los relatos antiguos como en las tendencias más actuales, recuerdan que, en la moda, un detalle puede marcar la diferencia.
Artículo de Julie Boone.