Bolso tote vuelta

May 21, 2025 | Non classé

¿Por qué el bolso tote vuelve a estar de moda?

El bolso tote vuelve a ser un básico de nuestro armario, ya sea para disfrutar de la vida urbana o de un fin de semana en la playa. Llevado al hombro, en la mano o colgado informalmente en el brazo, el también llamado fourre-tout se impone cada vez más como un símbolo de estilo. Con un tamaño XXL, hecho de cuero suave o de rafia o luciendo el estilo sin igual del Birkin Bohème de Jane (personalizado hasta en los más mínimos detalles), aquí te narramos la historia del it-bag de la temporada.

Hay bolsos que solo llevamos para salir y otros que se pueden llevar a todas partes. El bolso tote o fourre-tout pertenece a la segunda categoría: práctico y un pelín desordenado, es capaz de contener todo un mundo en sí mismo. De tela con estilo cabas, bolso de playa o de aire urbano, hecho con un cuero envejecido con el tiempo… el tote bag vuelve a estar de moda, contradiciendo la tendencia mini de los últimos años. Incluso diseñadores como Jacquemus, incondicional de los modelos pequeños, ha lanzado recientemente bolsos mucho más amplios.

Fue en los años 80 cuando la actriz y cantante Jane Birkin transformó literalmente el bolso que lleva su nombre. Lejos de las burbujas de cristal que eran los escaparates fríos y neutros de Hermès, Birkin lucía un fourre-tout repleto de vida: usado y rayado, lleno de objetos y cubierto de amuletos de todo tipo. Un uso libre y despreocupado que le daba un encanto indiscutible a este tipo de bolsos que nos acompañan en el día a día.

La historia del fourre-tout 

Pensado para contener «todo y más», el fourre-tout o tote bag se impuso en la vida cotidiana como el bolso perfecto para la acción, ya que permite llevar naturalmente un libro, una botella de agua, un ordenador portátil o un jersey “por si acaso”. Este bolso, el más opuesto al delicado bolso joya, es el aliado del día a día, sin filtros ni adornos.

Sus orígenes remontan a los bolsos cabas de lona utilizados por los carteros y repartidores de principios del siglo XX. Un estilo lucido en las décadas de los 60 y los 70 por los veraneantes en su versión bolso de playa XXL. Resistente, ligero, sin compartimentos interiores ni forro, el bolso tote encarna una forma de libertad donde lo útil prevalece sobre lo estético. Un accesorio práctico que se convirtió muy pronto en un medio de expresión: serigrafiado, estampado o cubierto de eslóganes militantes, también aparecerá en los hombros de estudiantes, artistas, creadores y de todos aquellos que prefieren el contenido al continente. Hoy en día, el bolso tote regresa en una versión híbrida: fiel a su lado práctico pero cada vez más sofisticado.

El Birkin según Jane

El bolso Birkin de Hermès evoca espontáneamente el lujo en estado puro: cuero texturizado, acabados artesanales y plazos de espera interminables para conseguirlo. Sin embargo, aunque no lo parezca, este bolso icónico nació de una necesidad muy simple. En 1983, Jane Birkin se cruzó por casualidad con el CEO de Hermès en un avión, donde la actriz le confesó que nunca encontraba un bolso lo suficientemente grande para poder meter todas sus cosas. De esa conversación informal nació un modelo pensado para ser, ante todo… ¡un cajón de sastre!

Para Birkin su bolso era un compañero de vida: desgastado, decorado con pegatinas, adornado con un foulard y siempre un poco demasiado lleno. Contenía todo lo que ella era, incluso llevaba su nombre: cuadernos garabateados, gafas de sol, periódicos, recuerdos… Lejos de ser el objeto de colección inmóvil en el que se ha convertido hoy en día, el Birkin al estilo de Jane era sinónimo de una elegancia sin esfuerzo.

Este gesto, casi militante, conserva intacto todo su sentido hoy en día. Al reivindicar el uso auténtico del bolso, Jane Birkin rompió con los códigos del lujo, mostrando que un accesorio, por muy valioso que sea, debe ser ante todo funcional, reflejando al mismo tiempo el carácter de quien lo lleva. En un momento en el que la exclusividad de algunos bolsos hace que nunca salgan de su caja, esta manera de asumir la imperfección es toda una declaración de principios.

El bolso XXL, un nuevo objeto del deseo

El regreso triunfal del bolso tote no es una casualidad. En una época en la que nuestro ritmo de vida se acelera y los días se suceden sin pausa, este accesorio responde tanto a una necesidad práctica como a una búsqueda de autenticidad. En un panorama hasta hace poco saturado de bolsos miniatura y logos, este bolso XXL es un verdadero soplo de aire fresco.

Las marcas ya se han dado cuenta. En The Row, las hermanas Olsen, fans incondicionales del bolso tote, han reinventado el bolso Margaux en versión XXL. Ferragamo, Lemaire o Loewe ofrecen versiones de líneas redondeadas, diseñadas para adaptarse a los movimientos del cuerpo, pasando (casi) desapercibidas. Con un enfoque más exclusivo, Amy Shehab, fundadora de la marca del mismo nombre, imagina bolsos ultra espaciosos de cuero suave y brillante.

Símbolo de una moda en plena transición, el bolso tote se impone hoy en día como el accesorio más adaptado a nuestra forma de vivir. En un mundo donde la frontera entre la esfera profesional, personal y social está bastante difuminada, el bolso fourre-tout nos acompaña en nuestras vidas plurales sin sacrificar nuestro estilo. Su éxito actual refleja un rechazo a los códigos rígidos del lujo en favor de una relación más libre con la moda. Lejos de ser una simple tendencia, el regreso del bolso tote cristaliza una aspiración colectiva a la flexibilidad, tanto en la forma como en el fondo.