Acaba de ser nombrado director artístico de la marca Dior, y toda la industria de la moda ya lo está celebrando. Con su trabajo al frente de Loewe durante once años, el diseñador norirlandés y fundador de JW Anderson ha sabido imponer una visión de la moda muy singular, que oscila entre la artesanía artística, la cultura pop y la experimentación. Esta es la trayectoria de un diseñador que, sin seguir nunca las tendencias, consigue anticiparlas, redefiniendo en cada colección los contornos de la feminidad y la masculinidad contemporáneas.
11 años al frente de Loewe
Durante sus 11 años en Loewe, Jonathan Anderson ha demostrado que el humor no está reñido con la excelencia artesanal. Al frente de la marca española desde 2013, el diseñador ha transformado una firma discreta y poco visible en la escena parisina en un protagonista imprescindible de la Fashion Week. Con sus prendas trompe-l’œil y sus vestidos-escultura con forma de anturio, pasando por los zapatos Minnie o los bolsos Puzzle o Flamenco, Anderson ha conseguido un equilibrio poco común en la industria: un universo conceptual y lúdico con un claro enfoque de alta costura.
Sin embargo, detrás de su estilo irreverente y de sus accesorios insólitos, su trabajo se sostiene sobre una exigencia casi obsesiva. Lejos de ser un simple creador de imágenes virales, Anderson ha devuelto a la marca su imagen de savoir-faire artesanal español, colaborando directamente con los talleres para dar vida a prendas de una precisión técnica excepcional. Gracias a su trabajo Loewe es, hoy en día, uno de los mayores éxitos comerciales del grupo LVMH. Esto confirma que la innovación y el deseo no solo pueden coexistir, sino potenciarse mutuamente, conservando al mismo tiempo una imagen vanguardista y sofisticada.
Jonathan Anderson fue nombrado director artístico de Loewe a los 29 años. Su firma homónima, JW Anderson, lanzada a los 24, ya había captado la atención del grupo LVMH, que decidió respaldarlo adquiriendo una participación. Desde entonces, el diseñador ha sabido alternar con maestría su trabajo para ambas marcas, sumando además numerosas colaboraciones, como la llevada a cabo con Uniqlo. Una labor muy aplaudida con la que ha demostrado ser capaz de conectar con toda clase de público, incluso con el más avant-gardiste.
Pero su influencia va mucho más allá del mundo de la moda. Anderson ha firmado el vestuario de Daniel Craig en Queer, los looks de Zendaya en Challengers, así como el espectacular conjunto de Rihanna para su concierto en el Super Bowl 2023. Un momento de fusión perfecta entre cultura pop y alta costura.
Un nuevo capítulo en Dior
El pasado mes de mayo de 2025, Jonathan Anderson fue nombrado director artístico de Dior, tanto para la línea masculina como para la femenina, abriendo un nuevo capítulo en su carrera. Un cargo integral que hasta ahora solo había ocupado el propio Christian Dior, y que es tanto un gesto simbólico como una jugada estratégica, ya que marca un giro decisivo en la historia de la marca y en la del propio grupo LVMH.
Así, Anderson sucede a Kim Jones en la línea masculina y a Maria Grazia Chiuri en la femenina. Esta última, que ha sido la primera mujer en ocupar dicho cargo en Dior, ha dejado tras ella un legado tan admirado como denostado, marcado por un feminismo explícito y numerosos best-sellers. Su salida de Dior confirma una tendencia clara: la llegada de una nueva generación de diseñadores masculinos, en torno a los cuarenta años, que están tomando las riendas de las grandes marcas. Anderson es un ejemplo, así como Mathieu Blazy (nuevo director creativo de Chanel tras su exitoso trabajo en Bottega Veneta), pasando por Demna, que ha dejado Balenciaga para unirse a Gucci.
El primer desfile de Jonathan Anderson para Dior Homme está programado para el 27 de junio en París. Un evento que ya se perfila como uno de los más esperados y observados de la temporada en el mundo de la moda.
El legado de un diseñador fuera de lo común
Jonathan Anderson ha dejado un legado inmenso en Loewe. Con su enorme talento, el diseñador ha sabido fusionar una visión erudita de la moda, alimentada por las artes plásticas y la literatura, con múltiples referencias populares. Sus bolsos en forma de manojo de espárragos no son simplemente un guiño visual: expresan una voluntad clara de convertir un objeto banal en todo un símbolo. Una moda que observa la calle, la mesa o la infancia, para reinterpretarlas con ingenio.
Así, Anderson redefine un nuevo concepto de creador: un artista que es a la vez artesano, narrador y comerciante, con una visión tanto de estilista como de director escénico. Lejos de limitarse a crear bellas siluetas, Anderson construye universos completos. Mundos en los que el humor no excluye la exigencia, donde lo extraño se convierte en una herramienta esencial de seducción y el lujo se reinventa continuamente.
Artículo de Julie Boone.
