Prenda reservada durante mucho tiempo a las academias de baile, los leg warmers (o calentadores) están a punto de convertirse en un esencial. Accesorio emblemático de los años 80, inmortalizado por la estética del aerobic, el calentador vuelve a ser el centro de atención. Protagonista de las pasarelas, de numerosos videoclips y, por supuesto, de muchos moodboards de TikTok de la Generación Z, este revival se inscribe dentro de la tendencia del ballet-core.
De las academias de baile a la calle: la historia de una media reinventada
En su origen, los calentadores eran unas prendas de punto en forma de tubo que servían para calentar las piernas de las bailarinas entre dos ensayos. Hoy en día, estos accesorios se han convertido en una prenda que juega tanto con la nostalgia Y2K como con los códigos del sportswear. Ya no se trata de calor o de eficacia, es más una cuestión de estilo.



La tendencia de los leg warmers comenzó a resurgir en 2022, aunque con modelos más voluminosos, coloridos, de crochet o de lana gruesa, muchas veces más cercanos al legwear de montaña o a la cultura rave. En cambio, en 2025 se impone una forma completamente distinta: el efecto segunda piel. Más ajustados al cuerpo, a veces con diseños gráficos, los calentadores se integran en los looks sin saturarlos. El objetivo ya no es sumar volumen, sino superponer las capas y jugar con las texturas y las escalas.
Las medias, el accesorio icónico de la Gen Z
El regreso triunfal de los leg warmers no se puede entender sin mencionar a Miu Miu, verdadera lanzadora de tendencias. La marca italiana, en estrecha colaboración con la estilista estrella Lotta Volkova, lleva un tiempo reinventando las bailarinas, las medias de punto y todo un universo del vestuario ballet-core y officewear. En 2025 se ha apropiado plenamente de los calentadores, que se han convertido en un elemento clave de su vocabulario visual. En su última campaña, protagonizada por la francesa Lou Doillon y por Kylie Jenner, los leg warmers se han integrado de forma natural en una estética retro, donde las referencias a los años 50 y 60 se funden con las expectativas actuales de una clientela cada vez más joven.



Otra marca que se ha sumado a la tendencia es Chanel, que en su colección Resort 2024 reinterpretó el estilo de los años 80, década icónica del calentador que fue popularizado por la película Flashdance. Un repertorio visual que hoy se actualiza gracias a una nueva generación de diseñadores, entre los que destaca la belga Julie Kegels, cuya marca homónima refresca el officewear reinterpretando sus códigos a veces un poco rígidos.
En particular, propone las sorprendentes “thong socks”, una especie de calentadores minimalistas que cubren la pierna pero dejan el pie al desnudo. Una reinvención conceptual del leg warmer, popularizada por la creadora de contenidos Lara Violetta, embajadora fiel de la marca. Para dar a conocer la singularidad de esta pieza, Julie Kegels ha colaborado con Converse para crear un accesorio que fusiona zapato y calentador. Una pieza puramente decorativa que ilustra a la perfección esta nueva era del accesorio.
¿Cómo adoptar esta tendencia?
Maxi o mini, sobrios o coloridos, de punto fino o acanalado, los leg warmers se han convertido en un accesorio clave para el entretiempo. Visten una pierna y la ponen en valor gracias a las texturas, al color o a las superposiciones. La creadora de contenidos francesa Lilas Villeneuve ofrece una versión tipo neón: un par de calentadores fluorescentes combinados con un vestido palabra de honor gris que nos lleva de regreso a principios de 2010.

El leg warmer ya se está imponiendo como una herramienta de styling imprescindible. Lejos de su función original puramente utilitaria, ya se ha convertido en un recurso creativo y de expresión. Un accesorio inesperado que se lleva con una bermuda o combinado con unos Mary Janes. ¿Cuál es el objetivo? Crear un impacto visual con un color vivo, un tejido llamativo (terciopelo, red, crochet) o un estampado gráfico (como los cuadros tan característicos de Julie Kegels) que capte la mirada… ¡y deje huella!
Artículo de Julie Boone.